Recuperando el ambiente con la energía colectiva

Por Víctor J Falcón Borges

Artículo especial “Día Internacional contra el Cambio Climático”. 

El poder de la energía personal, aglutinada en el colectivo, y el desarrollo de una conciencia crítica en la sociedad, nos permitirá corregir el rumbo al que hemos conducido al ambiente.

“El uso adecuado de la energía universal y la manera cómo la insertamos y le damos vida en la sociedad depende de cada uno de nosotros.”

Víctor J Falcón Borges

Hace más de 40 años fuimos alertados sobre el calentamiento global y, a pesar de un sinnúmero de regulaciones y del Acuerdo de Paris, cada día el escenario se sigue complicando; desastres naturales en aumento, con incidencia en la agricultura y el hambre, lo cual proyecta a corto plazo un ambiente insalubre para cerca de la mitad de la población mundial.

¿Seremos capaces de revertir el daño que hemos causado a la naturaleza? ¿Será una utopía?  ¿Nos tendremos que resignar a la fatalidad? ¿Hay esperanza o es una mera especulación?

Hay patrones y señales de extinción en el camino: El calentamiento global, conductas individualistas, globalización irracional, tecnología sin ecología, cambio climático, entre otros, y quizás, una de las más evidente es el silencio, ausentismo e indiferencia de nuestra conciencia, que nos traiciona y no acepta que nos identifiquemos como sus causantes.

Esta negación de la realidad, junto a la globalización por encima de los valores regionales y búsqueda de una satisfacción colectiva sin límites, envuelta en excesos e inconciencia; la escasez de líderes competentes, pero, sobre todo, el simple hecho que no podemos ser una mejor sociedad sin que antes nos hayamos esforzado por hacemos mejores personas, se suman al sinfín de razones por las que el calentamiento global está lejos de ser un quimera y es, sin lugar a duda, una amenaza real para nuestra supervivencia en el  planeta.

¿Hacia dónde vamos?

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) (*) “… para 2040 la población mundial crecerá en 2.000 millones de personas. Las necesidades energéticas del mundo aumentarán en casi un tercio para 2040. La demanda de petróleo y gas natural aumentará en un 12% y un 49%, respectivamente, en comparación con los niveles de 2014, combustibles que en 2040 representarán el 74% de las necesidades energéticas mundiales.”

(*) Fiscalidad de las industrias extractivas, Naciones Unidas NY, 2017 (extracto)

Hay un punto ciego en toda esta preocupante realidad; todos estos hechos, acciones en curso y decisiones a futuro, están en las mentes y en el accionar de una sociedad formada por nosotros los seres humanos.

Si no tratamos de conciliar los intereses de los negocios con los del ambiente y la sociedad como un todo, no tendremos posibilidad de éxito; un campo de juego donde empresarios y gobernantes, y todos los demás, ciudadanos y consumidores, estamos apostando por nuestra vida.

Incorporamos tecnologías eficaces para funcionar y vivir mejor, aunque hemos permitido que se usen sin eficiencia por la falta de transparencia de las empresas y regulaciones que no se cumplen; aunado a lo anterior, el costoso desmontaje de las tecnologías contaminantes existentes… ejemplos que evidencian los inmensos retos a los que nos enfrentamos.

A pesar de su impacto, las tecnologías seguirán presentes, pues son parte de la solución de la crisis y exigen de nosotros que desarrollemos capacidades para controlar el desorden que generan.

Las disciplinas vinculadas al desarrollo personal han popularizado el tema de la energía y pareciera que fuese algo excepcional, aunque el universo nos la regala ilimitadamente para usarla en lo que nos interesa, y también en lo que nos proporcione seguridad. Caudal de energía que representa la oportunidad para resolver la crisis que atravesamos, nuestra propia evolución interna tecnológica guiada por los genes y la voluntad con que la orientamos hacia lo que deseamos hacer de nuestra vida y de la sociedad

Por ello, el uso adecuado de la energía depende de cada uno de nosotros, no de las fuerzas cósmicas, ni de los gobiernos, de la sociedad o los demás; somos protagonistas en la forma cómo la utilizamos en nuestro beneficio y en la entrega voluntaria que hacemos a la sociedad.

Soluciones eficaces y eficientes

Las soluciones puntuales ayudan, aunque no corrigen la tendencia destructiva; los ejemplos siguientes pueden ilustrar este dilema:

  • Las regulaciones ambientales buscan la eficacia, aunque dependen de la transparencia de los industriales y gobiernos, por lo que su eficiencia se encuentra muy comprometida.
  • El poder de compra que tiene el consumidor representa una iniciativa eficaz frente a tecnologías contaminantes, aunque requiere de la incorporación de la mayoría para servir de contrapeso, la eficiencia.

Las soluciones que no garantizan el cuidado del ambiente y exigen de una acción de mayor envergadura, el ejercicio del poder individual y comunitario para que, con el desarrollo de una conciencia crítica en la sociedad, corrijamos el rumbo:

  • La eficacia focalizada en sobrevivir (el recurso energético vital), con empresas ecológicas productivas que ofrezcan empleos; sistemas que permitan el acceso a la tecnología, educación, salud, servicios y favorezcan la inclusión a las mayorías
  • Gestionar con eficiencia en los emprendimientos, la forma de organizarnos y gobernarnos, optimizando los recursos invertidos y los resultados deseados.

Está en nosotros la voluntad de identificar nuestras fuentes energéticas personales y colectivas, aplicar energía, así como la disposición de compartirlas con el resto de la humanidad, aplicar entropía, para así lograr una convivencia racional que nos permita cohabitar este ecosistema y sobrevivir como especie.

En el marco de la celebración de “Día Internacional contra el Cambio Climático”, cobra particular importancia que nos activemos y aportemos nuestro granito de energía al colectivo para que la sociedad sea cada vez más consciente y esté en capacidad de frenar el desbocado aceleramiento de caos al que hemos llevado al ambiente. Haz el cambio.

“La gente necesita sentir un sentido de “agency” [la capacidad de actuar independientemente y tomar sus propias decisiones], sentir que es capaz de cambiar el futuro, para bien o para mal.”

The Optimist’s Telescope

 

Escrito por

Víctor José Falcón Borges

El Don de la Energía

www.eldondelaenergia.com

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Del autor

Víctor José Falcón Borges

BChem, BEng (Chem), MEng (BioChem), MBA, AMIChemE

Soy Víctor José Falcón Borges, profesional de la química, ingeniería química y bioquímica y administración de empresas, docente de pre y posgrado, con experiencia en ciencias gerenciales y negocios, pero también un amante la naturaleza, la vida y la familia.

Por más de 40 años me he dedicado de forma sostenida a la consultoría gerencial, trabajando con empresas líderes, dando soporte a proyectos de relevancia y usando metodologías propias, con la convicción que la tecnología no es suficiente sin una buena gestión gerencial que alinee los recursos humanos y la conservación del medio ambiente que nos sostiene.

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